Porto Cristo
Solemne Corpus Christi en Porto Cristo
Devoción, alegría y mucho calor, deparó el domingo a los muchos feligreses que quisieron compartir con la comunidad religiosa, la tan en otros tiempos venerada celebración. Aún son muchos los que recuerdan que el Corpus era uno de esos jueves que relucían más que el sol. El domingo la verdad lucio mucho más el sol, aunque con todo el respeto que se merecen las celebraciones religiosas sean del signo que sean.
![[Img #24703]](upload/img/periodico/img_24703.jpg)
La iglesia presentaba un lleno total como antaño en las grandes celebraciones.
La Sagrada Custodia, los niños de primera Comunión, los angelitos, el incienso, la procesión, la banda de tambores y el coro de feligreses convirtieron la celebración en todo una muestra de religiosidad, aunque hay que apuntar que la separación entre fingida y sentida a veces es muy difícil de separar. Unos acuden por la religión, otros por la fiesta social asociada a la comunión o al Corpus.
Estrenos de vestidos y trajes, algunos pasados de formas y lugar como siempre, pero con la buena voluntad de estar bien y presentes. Nos sorprendió ver a tantos feligreses latinos, imaginamos que forman parte del colectivo ubicada en Porto Cristo.
Para finalizar la solemne bendición con la custodia, entre el incienso ofrecido en abundancia, transmitiendo ese perfume a todos nos recuerda la niñez, otras formas y otros modos. Hoy sin lugar a dudas la libertad sin perfume, es preferible al ayer. Así finalizó el acto, un acto como otros tantos en la decadencia de una religión que necesita renovar, esquemas y creencias, pero sobre todo valorar a las personas por sí mismas, sin condenar, sea cual sea su sexo o tendencia, su situación social y su situación familiar.
La iglesia presentaba un lleno total como antaño en las grandes celebraciones.
La Sagrada Custodia, los niños de primera Comunión, los angelitos, el incienso, la procesión, la banda de tambores y el coro de feligreses convirtieron la celebración en todo una muestra de religiosidad, aunque hay que apuntar que la separación entre fingida y sentida a veces es muy difícil de separar. Unos acuden por la religión, otros por la fiesta social asociada a la comunión o al Corpus.
Estrenos de vestidos y trajes, algunos pasados de formas y lugar como siempre, pero con la buena voluntad de estar bien y presentes. Nos sorprendió ver a tantos feligreses latinos, imaginamos que forman parte del colectivo ubicada en Porto Cristo.
Para finalizar la solemne bendición con la custodia, entre el incienso ofrecido en abundancia, transmitiendo ese perfume a todos nos recuerda la niñez, otras formas y otros modos. Hoy sin lugar a dudas la libertad sin perfume, es preferible al ayer. Así finalizó el acto, un acto como otros tantos en la decadencia de una religión que necesita renovar, esquemas y creencias, pero sobre todo valorar a las personas por sí mismas, sin condenar, sea cual sea su sexo o tendencia, su situación social y su situación familiar.
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