Mallorca
Los gobiernos de Cataluña y Baleares colaborarán en la apertura de las fosas del frente de Mallorca del 1936
Se calcula que podrían haber un millar de soldados enterrados, la gran mayoría catalanes. El Departamento de Justicia tomará muestras de ADN y repatriará los identificados.
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Los gobiernos catalán y balear han firmado un convenio de colaboración para desenterrar e identificar los restos de las fosas comunes del desembarco en el Llevant de Mallorca de agosto de 1936. Se trata de las fosas de sa Coma, del Riuet de Portocristo, de ses Coves Blanques y del Cementerio de Son Coletes. Se calcula que podría haber cerca de un millar de soldados enterrados, la gran mayoría catalanes de las tropas republicanas que intentaron reconquerir la isla.
La Comisión técnica de fosas y personas desaparecidas, que depende del Govern de les Illes Balears, determinará el calendario de apertura de las fosas a partir de criterios técnicos. Se priorizarán, pero, aquellas fosas donde hay constancia de víctimas con familiares directos vivos. El Departamento de Justicia de la Generalitat enviará arqueólogos para extraer muestras de ADN y también repatriará los cuerpos que sean identificados. El acuerdo, por otro lado, establece que durante el primer semestre del 2019 se señalizarán las fosas y se harán intervenciones para convertir los lugares en espacios de memoria, reflexión y divulgación.
De este modo lo han acordado las consejeras de Cultura, Participación y Deportes del Govern balear, Fanny Tur, y la de Justicia de la Generalitat de Cataluña, Ester Capella, con la firma de un convenio, ya previsto meses atrás. Posteriormente a la firma del convenio, firmado en Ca n'Oleo, en Palma, las dos titulares se han desplazado hasta el cementerio de Son Coletes, en Manacor, con los familiares de las milicianas asesinadas durante el frente del 1936 y que son motivo del documental “Milicianes”, preestrenado este mismo jueves en Palma. Son Coletes, uno de los lugares donde hubo más fusilamientos durante la Guerra Civil, ha sido el escenario de un acto de homenaje a las víctimas.
La consejera Tur ha recordado que este convenio se remonta a la visita en sa Coma del ex consejero de la Generalitat Raül Romeva, el 21 de julio de 2018, cuando se acordó el inicio de la firma de un protocolo y que el artículo 155 paralizó. Según Tur, es la escenificación y materialización de "la coordinación existente entre los dos gobiernos en materia en memoria histórica por el vínculos y por el pasado común".
“No podemos construir el futuro desde el olvido, los dos gobiernos trabajamos juntos para cerrar heridas y ponemos a disposición del Gobierno de las Islas todo nuestro programa de identificación genética”, ha destacado la consellera catalana Ester Capella.
El desembarco en Mallorca
Las tropas republicanas del capitán Alberto Bayo desembarcaron en el Levante de Mallorca la madrugada del 16 de agosto de 1936 con la intención de recuperar la isla, que estaba en mans de los nacionales. La operación fue ideada desde Cataluña y contaba con unos 8.000 expedicionaris catalanes provenientes de diferentes partidos políticos o sindicatos, como por ejemplo el PSUC, el Partido Socialista, la UGT o la FAI. Había también brigadistas internacionales y un grupo de mallorquines. Llegaron a bordo del buque Mar negro y, además, contaban con dos destructores, un submarino y seis aviones. El capitán Alberto Bayo creó un frente de catorce kilómetros entre los municipios de Portocristo y Son Severa, que ha pasado a la historia como el frente de Portocristo.
El desembarco, pero, fue un fracaso. Las tropas estaban poco preparadas, los refuerzos no llegaron y la aviación italiana fue determinante. Se calcula que el bando republicano sufrió unas 400 bajas en sólo dos días y unas 1.700 en los veinte días que duró la ofensiva. El 4 de septiembre se produjo la retirada y el reembarque. A pesar de esto, grupos de republicanos se quedaron en tierra dispersados por el campo de batalla. Fueron encarcelados y ejecutados.
La fosa más grande, la de sa Coma
Las víctimas del desembarco fueron enterradas en diferentes lugares del frente y por eso hay varias fosas documentadas. La fosa más grande, sin embargo, está en la playa de sa Coma, en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar, tanto en extensión como en número de cuerpos. Algunas fuentes indican que en sa Coma pueden haber enterradas unas 500 personas.
La ubicación se explica porque a unos doscientos metros están las Casas de sa Coma, donde los expedicionariso catalanes establecieron el mando general durante toda la operación. En aquellas casas se ubicó también un hospital de batalla.
Aquella zona era también el objetivo prioritario de los aviones italianos. Los bombardeos y los ametrallamientos eran diarios. Las víctimas eran traídas en carro hasta la fosa, donde eran sepultadas. En muchos casos, y para no tener que perder tiempos, los cuerpos eran tirados directamente al mar.
Quién hay en sa Coma?
En la fosa de sa Coma hay cinco perfiles de personas:
• Republicanos que cayeron en combate, víctimas sobre todo de la aviación italiana.
• Nacionales fusilados por los republicanos.
• Republicanos fusilados por su propio ejército por actas de indisciplina y luchas internas entre facciones.
• Republicanos que se quedaron en tierra después de la retirada y que fueron ejecutados.
• Cadáveres que quedaron en la zona después de la retirada.
Llamamiento al Programa de identificación genética
No se hizo ningún registro en el momento de los entierros y, por lo tanto, tampoco hay información sobre la mayoría de las identidades. Hay algún caso aislado, como el del soldado Tomás Cervera, de Sant Boi de Llobregat, asesinado el 2 de septiembre del 1936, que fue identificado porque se sabía el lugar exacto del entierro. Hay familias catalanas que saben que sus parientes murieron durante el desembarco, pero desconocen el lugar preciso de la sepultura.
Por eso es importante que las personas que saben que tienen familiares muertos en aquel episodio se hagan las pruebas de ADN. Para hacerlo posible, primero hay que inscribirse en el Censo de personas desaparecidas, que se puede hacer a través del sitio web memoria.gencat.cat. El ADN extraído de los restos de las fosas se cruzará con las muestras genéticas de los familiares vivos con el objetivo de encontrar la coincidencia. El Censo de personas desaparecidas cuenta ahora mismo con 5.234 casos registrados y hay cinco que están relacionados con la expedición de Bayo en Mallorca.
Los gobiernos catalán y balear han firmado un convenio de colaboración para desenterrar e identificar los restos de las fosas comunes del desembarco en el Llevant de Mallorca de agosto de 1936. Se trata de las fosas de sa Coma, del Riuet de Portocristo, de ses Coves Blanques y del Cementerio de Son Coletes. Se calcula que podría haber cerca de un millar de soldados enterrados, la gran mayoría catalanes de las tropas republicanas que intentaron reconquerir la isla.
La Comisión técnica de fosas y personas desaparecidas, que depende del Govern de les Illes Balears, determinará el calendario de apertura de las fosas a partir de criterios técnicos. Se priorizarán, pero, aquellas fosas donde hay constancia de víctimas con familiares directos vivos. El Departamento de Justicia de la Generalitat enviará arqueólogos para extraer muestras de ADN y también repatriará los cuerpos que sean identificados. El acuerdo, por otro lado, establece que durante el primer semestre del 2019 se señalizarán las fosas y se harán intervenciones para convertir los lugares en espacios de memoria, reflexión y divulgación.
De este modo lo han acordado las consejeras de Cultura, Participación y Deportes del Govern balear, Fanny Tur, y la de Justicia de la Generalitat de Cataluña, Ester Capella, con la firma de un convenio, ya previsto meses atrás. Posteriormente a la firma del convenio, firmado en Ca n'Oleo, en Palma, las dos titulares se han desplazado hasta el cementerio de Son Coletes, en Manacor, con los familiares de las milicianas asesinadas durante el frente del 1936 y que son motivo del documental “Milicianes”, preestrenado este mismo jueves en Palma. Son Coletes, uno de los lugares donde hubo más fusilamientos durante la Guerra Civil, ha sido el escenario de un acto de homenaje a las víctimas.
La consejera Tur ha recordado que este convenio se remonta a la visita en sa Coma del ex consejero de la Generalitat Raül Romeva, el 21 de julio de 2018, cuando se acordó el inicio de la firma de un protocolo y que el artículo 155 paralizó. Según Tur, es la escenificación y materialización de "la coordinación existente entre los dos gobiernos en materia en memoria histórica por el vínculos y por el pasado común".
“No podemos construir el futuro desde el olvido, los dos gobiernos trabajamos juntos para cerrar heridas y ponemos a disposición del Gobierno de las Islas todo nuestro programa de identificación genética”, ha destacado la consellera catalana Ester Capella.
El desembarco en Mallorca
Las tropas republicanas del capitán Alberto Bayo desembarcaron en el Levante de Mallorca la madrugada del 16 de agosto de 1936 con la intención de recuperar la isla, que estaba en mans de los nacionales. La operación fue ideada desde Cataluña y contaba con unos 8.000 expedicionaris catalanes provenientes de diferentes partidos políticos o sindicatos, como por ejemplo el PSUC, el Partido Socialista, la UGT o la FAI. Había también brigadistas internacionales y un grupo de mallorquines. Llegaron a bordo del buque Mar negro y, además, contaban con dos destructores, un submarino y seis aviones. El capitán Alberto Bayo creó un frente de catorce kilómetros entre los municipios de Portocristo y Son Severa, que ha pasado a la historia como el frente de Portocristo.
El desembarco, pero, fue un fracaso. Las tropas estaban poco preparadas, los refuerzos no llegaron y la aviación italiana fue determinante. Se calcula que el bando republicano sufrió unas 400 bajas en sólo dos días y unas 1.700 en los veinte días que duró la ofensiva. El 4 de septiembre se produjo la retirada y el reembarque. A pesar de esto, grupos de republicanos se quedaron en tierra dispersados por el campo de batalla. Fueron encarcelados y ejecutados.
La fosa más grande, la de sa Coma
Las víctimas del desembarco fueron enterradas en diferentes lugares del frente y por eso hay varias fosas documentadas. La fosa más grande, sin embargo, está en la playa de sa Coma, en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar, tanto en extensión como en número de cuerpos. Algunas fuentes indican que en sa Coma pueden haber enterradas unas 500 personas.
La ubicación se explica porque a unos doscientos metros están las Casas de sa Coma, donde los expedicionariso catalanes establecieron el mando general durante toda la operación. En aquellas casas se ubicó también un hospital de batalla.
Aquella zona era también el objetivo prioritario de los aviones italianos. Los bombardeos y los ametrallamientos eran diarios. Las víctimas eran traídas en carro hasta la fosa, donde eran sepultadas. En muchos casos, y para no tener que perder tiempos, los cuerpos eran tirados directamente al mar.
Quién hay en sa Coma?
En la fosa de sa Coma hay cinco perfiles de personas:
• Republicanos que cayeron en combate, víctimas sobre todo de la aviación italiana.
• Nacionales fusilados por los republicanos.
• Republicanos fusilados por su propio ejército por actas de indisciplina y luchas internas entre facciones.
• Republicanos que se quedaron en tierra después de la retirada y que fueron ejecutados.
• Cadáveres que quedaron en la zona después de la retirada.
Llamamiento al Programa de identificación genética
No se hizo ningún registro en el momento de los entierros y, por lo tanto, tampoco hay información sobre la mayoría de las identidades. Hay algún caso aislado, como el del soldado Tomás Cervera, de Sant Boi de Llobregat, asesinado el 2 de septiembre del 1936, que fue identificado porque se sabía el lugar exacto del entierro. Hay familias catalanas que saben que sus parientes murieron durante el desembarco, pero desconocen el lugar preciso de la sepultura.
Por eso es importante que las personas que saben que tienen familiares muertos en aquel episodio se hagan las pruebas de ADN. Para hacerlo posible, primero hay que inscribirse en el Censo de personas desaparecidas, que se puede hacer a través del sitio web memoria.gencat.cat. El ADN extraído de los restos de las fosas se cruzará con las muestras genéticas de los familiares vivos con el objetivo de encontrar la coincidencia. El Censo de personas desaparecidas cuenta ahora mismo con 5.234 casos registrados y hay cinco que están relacionados con la expedición de Bayo en Mallorca.
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