Día Miércoles, 26 de Noviembre de 2025
Festes de Sant Antoni a Manacor
Anécdotas de unas Beneïdes entre autoridades
Los chascarrillos por la ausencia de Pastor en las Beneïdes fueron el centro de la atención, unos con fina ironía y otros de grueso calado, que aquí no reproducimos por respeto a la vida personal de cada uno.
Ocurrente el conseller Company al recordar su juventud, su pasión por el fútbol y sus partidos jugados teniendo como adversario a Pastor, comentó refiriéndose a él “solo servía para pegar patadas, nos llenaba las piernas de moratones”, a lo que otra autoridad cercana apostilló “ y si podía dar en los talones más aún, te daba con más fuerza”, comentó. Todo era fruto de la ausencia y de la separación de intereses, entiéndase, políticos.
La consellera Nuria Riera llegó algo tarde, con la suelta de las palomas, tuvo que agacharse para que no toparan con ellas. Una más una menos, todas a volar.
Llamó la atención también Company, porque alguien le saludaba desde el otro lado de la acera, no lo dudo, atravesó la calle y le dio la mano. Era Joan Lladó de Esquerra. Amigos y residentes en la política quizás, esa “maravillosa” profesión donde no cuentan los méritos, ni la capacidad. Solo el amor a la silla marca su sin vivir.
Y la propuesta más interesante, la del senador Bosch “tendríamos que cambiar el patrón, San Jaime por Sant Antoni, esta es la fiesta grande del pueblo. San Jaime nadie la recuerda.” Curioso, no hace propuestas en los plenos, pero por lo menos vemos que alguna propuesta se le ocurre. Se nos olvidó preguntarle si aún sigue de vacaciones.
El regidor del PSM Miquel Oliver, no estaba entre las autoridades sino que desfiló con un pequeño carruaje. A su paso por “presidencia” desde el público le gritaron “batle” , agacho la cabeza, se ruborizó, pero con una gran sonrisa seguro que agradeció el piropo.
En otro momento dado D. Andreu Genovart se dirige al otro lado de la calle y bendice a alguien, es Toni Riera, profesor y periodista, lo bendice y le sermonea, a lo lejos una voz dice” Andreu no pierdas el tiempo no lo convertirás, este es rojo, rojo”.
Y del público el comentario más extendido la excesiva duración del acto y los enormes parones, que, especialmente para los niños se les hacían interminables. Sería interesante que alguien estudiara la forma de dar más dinamismo al desfile cara al año que viene. Aunque claro como posiblemente sean otros ya nadie se acordará del suplicio.
Ocurrente el conseller Company al recordar su juventud, su pasión por el fútbol y sus partidos jugados teniendo como adversario a Pastor, comentó refiriéndose a él “solo servía para pegar patadas, nos llenaba las piernas de moratones”, a lo que otra autoridad cercana apostilló “ y si podía dar en los talones más aún, te daba con más fuerza”, comentó. Todo era fruto de la ausencia y de la separación de intereses, entiéndase, políticos.
La consellera Nuria Riera llegó algo tarde, con la suelta de las palomas, tuvo que agacharse para que no toparan con ellas. Una más una menos, todas a volar.
Llamó la atención también Company, porque alguien le saludaba desde el otro lado de la acera, no lo dudo, atravesó la calle y le dio la mano. Era Joan Lladó de Esquerra. Amigos y residentes en la política quizás, esa “maravillosa” profesión donde no cuentan los méritos, ni la capacidad. Solo el amor a la silla marca su sin vivir.
Y la propuesta más interesante, la del senador Bosch “tendríamos que cambiar el patrón, San Jaime por Sant Antoni, esta es la fiesta grande del pueblo. San Jaime nadie la recuerda.” Curioso, no hace propuestas en los plenos, pero por lo menos vemos que alguna propuesta se le ocurre. Se nos olvidó preguntarle si aún sigue de vacaciones.
El regidor del PSM Miquel Oliver, no estaba entre las autoridades sino que desfiló con un pequeño carruaje. A su paso por “presidencia” desde el público le gritaron “batle” , agacho la cabeza, se ruborizó, pero con una gran sonrisa seguro que agradeció el piropo.
En otro momento dado D. Andreu Genovart se dirige al otro lado de la calle y bendice a alguien, es Toni Riera, profesor y periodista, lo bendice y le sermonea, a lo lejos una voz dice” Andreu no pierdas el tiempo no lo convertirás, este es rojo, rojo”.
Y del público el comentario más extendido la excesiva duración del acto y los enormes parones, que, especialmente para los niños se les hacían interminables. Sería interesante que alguien estudiara la forma de dar más dinamismo al desfile cara al año que viene. Aunque claro como posiblemente sean otros ya nadie se acordará del suplicio.






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