El cigarrillo electrónico: otra forma de dejar de fumar

Como tal a lo largo de los años los fumadores han buscado maneras de poder superar su adicción, encontrando posibles soluciones en los parches de nicotina o similares, algo que hasta hace unos años era de las pocas maneras de tratar de dejar de fumar.

Sin embargo hace unos años apareció otra de las soluciones: el cigarro electrónico. Este dispositivo electrónico se rige por el mismo funcionamiento que los cigarrillos clásicos de tabaco, pero es mucho menos nocivo. Esto es debido a la composición del líquido que lleva dentro, el cual se puede recargar, y que además cuenta con distintos sabores y con distintos niveles de nicotina, llegando algunos incluso a no tener nada de nicotina (para ex-fumadores en fases muy avanzadas de superación de la adicción).

Con dicho líquido el cigarro utiliza un sistema de vapeo, por lo que el fumador no inhala humo proveniente del tabaco, altamente nocivo, sino que inhala pequeñas cantidades de vapor, algo mucho menos agresivo para el cuerpo. Debido a este funcionamiento en el entorno de los fumadores de cigarrillos electrónicos se conoce como vapear, un concepto mucho más aceptado y sano que el fumar tabaco.

Además de la ventaja a nivel de salud, los cigarrillos electrónicos son mucho más económicos que el tabaco tradicional, puesto que el líquido del cigarrillo se puede racionar mucho más, de forma que puede durar mucho tiempo antes de tener que recargarlo si vapeamos de forma lenta y prolongada.

Gracias al funcionamiento similar al cigarrillo de tabaco, muchos expertos coinciden en que el cigarro electrónico es una de las mejores maneras de dejar de fumar, ya que el componente psicológico de la adicción se puede superar de forma más paulatina, y por tanto más fácil de conseguir.