Manacor multitudinarias Beneïdes de Sant Antoni

El tiempo respetó tanto la noche del viernes como el sábado por la mañana y permitió que estas se desarrollaran en todo su esplendor.

Muchos espectadores pero también muchos participantes, aunque el recorrido fue lento y demasiado el tiempo de duración de las mismas.

Hay una crítica que hacer aparte de la lentitud y el tiempo. Manacor ha recalcado el tema de la seguridad durante estas fiestas, pero se les coló la improvisación en las Beneïdes.

Primero había carrozas que repartían caramelos, justo en la rotonda de la Policía Nacional y durante uno de los parones que la comitiva efectuaba, justo delante mío, un crio de unos 7 u 8 años recogió un caramelo de debajo de una carroza, justo a tiempo de que no lo pillara, ya que arranco al momento, pudo haber un drama si no llega a conseguir salir. Gracias a Dios no paso nada.

Segundo que hacían tantos niños pequeños en primera fila del desfile solos sin sus padres. Incluso hubo delante de las autoridades y medios de comunicación con el peligro siempre presente, especialmente cuando pasan los caballistas. Los niños no pueden estar desprotegidos en primera línea y solos, por lo menos deben estar detrás de barreras protectoras y acompañados de algún mayor.

A pesar de las dos críticas, Manacor puede sentirse orgulloso de haber contado con las mejores Beneïdes de la comarca sin lugar a dudas.

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