Lamentamos la condena urbanística de Manacor por un titular de la izquierda

Si bien no queremos asumir el papel de víctimas, porque nuestra naturaleza no es esta, no podemos dejar de denunciar unos hechos que resultan vergonzosos para cualquier persona responsable y coherente.
Entendemos que el resto de formaciones políticas discrepen de nuestras opiniones, como nosotros discrepamos de las suyas. Pero este hecho no justifica utilizar desprecios de carácter personal ni exhibir formas poco decorosas desde el punto de vista de la educación y el respeto. Estas no son las maneras de construir la sociedad del futuro.

¿DÓNDE ESTÁ LA RESPONSABILIDAD?

Desde el Partido Popular tenemos muy claro que queremos Plan General, pero NO el documento que se aprobó el pasado lunes. A nuestro entender, se trata de un Plan que afectará negativamente a la mayoría de manacorins y manacorines de clase media, puesto que, entre otras cuestiones hipotecará las generaciones futuras al privarlas de poder acceder a viviendas que se adapten a sus necesidades y a precios razonables.

Desde que el Tribunal Supremo, el diciembre de 2017 se pronunció y creó jurisprudencia en cuanto a poder pedir indemnizaciones millonarias por las zonas verdes, desde el Partido Popular replanteamos la situación.

El escenario había cambiado. La amenaza que existía en junio de 2016, cuando se aprobó inicialmente el PGOU, y al cual el Partido Popular apoyó por responsabilidad, había desaparecido.

Llegado este punto, nos resulta tremendamente sorprendente el cambio de parecer de las formaciones que conforman el actual equipo de gobierno. Cuando el 2016 el Ajuntament de Manacor corría el riesgo real de entrar en quiebra por la delicada situación de las zonas verdes (nos enfrentábamos a más de 500 millones de euros en indemnizaciones), tanto PSIB-PSOE, MÉS-Esquerra y Unidas Podemos manifestaron que "entendían" la delicada situación pero que se abstenían.

Una vez llegan al gobierno municipal la cosa cambia. La necesidad de dar luz verde a un documento que, tal como manifiestan públicamente, no se sienten suyo, se vuelve imperiosa. Parece una cuestión a vida o muerte. Para justificar sus prisas hablan de "responsabilidad municipal".

Nos preguntamos dónde estaba la responsabilidad municipal en verano del 2016 cuando el Ajuntament estaba en un riesgo real de quiebra. Su abstención no fue una muestra de la "responsabilidad" que ahora reclaman. Y sus formas actuales tampoco son muestra de respeto por la discrepancia natural en una sociedad diversa como la nuestra.

Por hipocresía se entiende reclamar aquello que no se está dispuesto a dar a los demás.

UN PLAN GENERAL GESTADO POR UNOS Y EMPOLLADO POR LOS OTROS

Desde el Partido Popular, exponemos claramente el cambio de parecer de nuestra formación en cuanto al Plan General. Es totalmente legítimo rectificar, y no nos avergonzamos de haberlo hecho.

Desde el momento en que el Supremo crea jurisprudencia y el escenario cambia (si bien alguna sentencia podría ser millonaria, no serán la mayoría. En absoluto), el Partido Popular, el cual hace más de una década que no tiene vinculación con el departamento de Urbanismo, ya mostró sus reticencias al equipo de gobierno de la pasada legislatura.

Nos sorprende ahora su actitud excesiva, histriónica y nerviosa al saber que el Partido Popular no apoyaría el PGOU. En el PI ya sabían, desde la pasada legislatura, que nuestra formación no comulgaba con el Plan General planteado. Así, los apuntes que se hacían desde el Partido Popular al respecto, eran ignorados.

El actual Plan General fue gestado en los 144 días de gobierno de MÉS-Esquerra, PSIB-PSOE y Unidas Podemos de la pasada legislatura. Posteriormente fue empollado por el PI. Y ahora, unos y otros lo hacen nacer.

Por eso, podemos entender su defensa enconada del documento. A pesar de que es un Plan hecho deprisa y corriendo por la presión y amenaza de las indemnizaciones millonarias por las zonas verdes. Una vez se desvanece esta amenaza, no entendemos el interés en seguir adelante con un Plan que condena el centro histórico, llevando a la muerte también al comercio local y que perjudica seriamente la tipología típica manacorina (no solo urbanística, también como modelo familiar).

Desde el Partido Popular estamos convencidos de que el resto de formaciones políticas saben bien que este Plan General no favorece, en absoluto, el interés general de los ciudadanos y ciudadanas de Manacor. Aunque lo defienden por distintos motivos e intereses.

Su actitud intolerante, intransigente y maleducada del plenario del pasado lunes dejó muy patentes los nervios que todos ellos cosechan por haber apoyado un Plan que, saben, no es bueno.

Así mismo, no entendemos tampoco la lógica que aplica el equipo de gobierno municipal al aprobar provisionalmente un documento, del cual (antes de aprobarlo) ya avanzan que tienen intención de modificar. ¿No hubiera sido más práctico y lógico rehacer el documento? ¿O este hecho habría supuesto no poder disfrutar del titular que muchos de ellos anhelaban?.

No podemos más que lamentar la condena urbanística que sufrirá Manacor (durante décadas capital del Llevant) por un titular de un día de la izquierda.