Todos seremos distintos mañana…y con algo de suerte, hasta quizás mejores…

Como todos los años por estas fechas, estaba recogiendo algunos de ellos, cuando de repente me di cuenta de la gran belleza que muestran sus flores. Toda la vida las había visto. Pero solo ayer caí en este detalle. Sin ninguna duda los días de confinamiento me hacían ver, lo que antes por cotidiano me pasaba desapercibido.

Cuanta belleza en una simple planta de guisantes…La observación del hecho es solo un pequeño detalle que a todos nos ocurrirá dentro de poco, tras el túnel nos espera la vida, de nuevo la libertad, de nuevo ver lo que de ella teníamos visto, pero lo veremos con distintos ojos, aunque sean los mismos, tendrán otra capacidad de ver, de admirar y de saborear la vida con todos nuestros sentidos. Seremos distintos, no cabe la menor duda…la vida enseña, aunque el tiempo olvida.

 
Ante la prolongación de situaciones difíciles todos cambiamos. Aprendamos a ver de nuevo la vida con ilusión y admiremos lo que nos ofrece. Vivamos de las pequeñas cosas que son quizás las que nos dan vida, esas pequeñas cosas son nuestra fuente de mayor riqueza y valorándolas otro mundo puede ser mejor.

Las imágenes de estas sencillas flores de armoniosos, conjuntados colores y elegantes formas, pretender ser solo un soplo de aire fresco a este Sábado Santo. Con la seguridad de que, dentro de poco, volveremos todos a poder disfrutar de lo que la naturaleza nos regala día a día. Aprendamos a cuidarla y amarla como hace tiempo no hacemos, ella nos espera con los brazos abierto, dolida eso si pero sin rencor ni reproches y cargada de esperanza en un futuro mejor.