Manacor vive con prudencia y resignación la festa de Sant Antoni convirtiendo lo popular, este año de nuevo, en íntimo

Hoy como otros años hemos hecho un pequeño recorrido por Manacor par captar las imágenes de los frontis engalanados para la ocasión.

Pero la tristeza acompañaba nuestro recorrido. La ilusión de un pueblo por su fiesta se ha reducido en este apartado de adornar las calles y fachadas en un hecho puramente puntual y testimonial en algunas casas y algún que otro colegio. No sabemos si la calle Olesa mañana contará con alguna ornamentación, pero hoy al verla desnuda los sentimientos se encogían, sus fachadas desnudas mostraban la dureza y la tristeza de unos momentos cargados de restricciones y de dudas cara al futuro.

Esperemos que mañana alguna más pueda incorporarse a la lista.

Sencillas ornamentaciones, sin ostentación, acompañando al sentimiento de pesar por la situación en que vivimos.

Deseamos el año que viene poder levantar de nuevo el ánimo todos y que lo que fue la fiesta vuelva con fuerza y aún mejor.

Hay que ser optimistas quizás el tiempo nos devuelva la fiesta y la ilusión.

Visca Sant Antoni!!!