El pasado martes, agentes de la Policía Nacional en Palma procedieron a la detención de un hombre de origen español de 39 años de edad como presunto autor de por un delito de hurto, al sustraer de dos centros comerciales tres ordenadores portátiles.

Los hechos ocurrieron el pasado día 9 del presente a las 18 horas en un centro comercial de Palma, cuando un hombre acudió al mismo para  recoger un pedido on line.

Cuando estaba hablando con la dependienta, y a la hora de pagar, el presunto autor le comentó que no llevaba dinero, que lo tenía la mujer que estaba por la tienda, por lo que la dependienta volvió a poner unas alarmas a los portátiles para que pasara por caja a pagar.

Cortó las alarmas con unos alicates en otra zona del establecimiento

El hombre se dirigió a otra zona del establecimiento y con unos alicates que llevaba encima cortó las alarmas.

Una vez cortadas las alarmas quiso salir por la zona de salida, y el vigilante le solicitó el ticket de compra de los aparatos, que a sabiendas que el mismo no lo llevaba, le dijo que lo tenía la mujer por la tienda y que la buscaría para presentarlo y poder salir.

El presunto autor estuvo deambulando por el interior del establecimiento, hasta que salió por otra de las puertas.

Cuando los agentes de policía tuvieron conocimiento de la sustracción, comenzaron una serie de investigaciones a fin de identificar al presunto autor. Así fue que días más tarde se identificó al mismo, y se comunicaron con él para que acudiera a dependencias policiales a fin de esclarecer lo sucedido.

Se han recuperado cuatro portátiles y un teléfono móvil

Ya en la comisaría de Distrito Oeste de la Policía Nacional, finalmente fue detenido por los hechos narrados anteriormente, comprobando como se había producido otra sustracción en otro centro comercial.

Cabe reseñar, que se recuperaron finalmente hasta cuatro portátiles y un teléfono móvil, los cuales el presunto autor quería vender el mercado de segunda mano.

Hasta el momento sólo se le imputa el hurto de los tres portátiles sustraídos en las dos tiendas, quedando en depósito judicial un portátil más y un teléfono móvil a fin de localizar su legítimo propietario.