El perro es mío, la mierda de él es de todos los vecinos

No es problema del Ajuntament, ni de la Policía Local, es problema de unos descerebrados, incívicos y mal educados, que cada día reparten los excrementos de sus perros por todo lo largo y ancho de nuestra ciudad.

Las imágenes han sido tomadas justo al lado de una guardería, pero seguro que al lado de su casa, querido lector, hay obsequios semejantes, hay que ser guarros para que cada mañana o noche  tu perro obsequie a sus vecinos con semejantes asquerosidades.

A quien quiera tener perro en su casa, clávenles un buen impuesto, la “ecocaca”, por llamarla de cierta forma, a ver si de esa manera escarmientan y dejan a los animales vivir en el campo como les corresponde y a los ciudadanos la ciudad, limpia y sin estos desagradables presentes.

A, y eso sí, por muy finos que suelan ser algunos dueños, lo son según para que cosas, porque como les decía al principio, la mierda de sus perros no va con ellos, por eso la dejan para nosotros, que quizás somos, algo menos que ellos. Luego además dirán que no tenemos corazón, los que no tienen corazón son ellos, obligando a los pobres animales a vivir sin piedad en un piso y tratados en muchos casos como ridículas “barbies”. Tener animales en un piso es también y debería ser considerado un maltrato animal, pero especialmente maltrato emocional y sanitario para los vecinos de al lado.

Generalizar e siempre un atrevimiento, pero en este caso es manifestar públicamente el rechazo al incivismo ciudadano, causa de mucho males y muchos despropósitos.

Son muchas las comunidades de propietarios que prohíben tener mascotas en casa, ¿ pero y qué? Los inquilinos hacen caso omiso una vez están en el piso. Se me olvidaba, estamos hablando de mierda, que lo de los meados tampoco tiene desperdicio, por alguna aceras en verano no se puede pasar del olor a meado de perro que desprenden, da “gusto” pasear por ellas. Maravilla de pueblo, maravilla de gentes!!!